Digamos que tal vez el juego de Román es muy natural. En Europa, Román se volvió un jugador menos regateador, más organizador y más líder, admitiendo que «no se había vuelto más rápido, sino que soltaba más rápido la pelota». El juego que tiene él es ese «escalope» arriba de la pelota y empezar a «amasarla» de un lado para otro.