En 1947 Argentina diseñó y fabricó su motor de cohete a propergol llamado AN-1 para propulsar al cohete llamado Tábano, en 1958 se creó la Comisión Nacional de Investigaciones Espaciales que desarrolló una serie de cohetes, los más avanzados (al menos los declarados oficialmente en esos años junto a los del Reino Unido, China y Francia) del mundo en esa época tras los de la URSS y los EUA, entre esos cohetes argentinos que descollaron a inicios de los 1960 se destacan las series de cohetes como el Orion I, el Canopus II, el Rigel, el Castor A entre otros cohetes exitosos (los cohetes argentinos de esa época no tenían la magnitud ni grado de know how de los soviéticos ni de los estadounidenses entre otros motivos porque la cohetería soviética y estadounidense se basaba en los científicos alemanes (como Werner von Braun) capturados por los Aliados al finalizar la Segunda Guerra Mundial, en cambio la industria aerospacial argentina aunque pudiera haber tenido algunos datos del know how precedente se basaba en la pura investigación ingenieril argentina.